Qué desgracia, ole: comentario acerca de la novela Desgracia, de J.M Coetzee

Hay novelas que uno lee y tiempo después, al pensar en ellas, le llega a uno un recuerdo de la sensación que esta le dejó, y no siempre es agradable, aunque en un buen sentido. Me refiero a que las mejores novelas no siempre tienen buenos finales, o no fueron durante toda la novela algo agradable, sino un dolor constante que le genera a uno incomodidad. En este caso me refiero a la novela de Coetzee, premio Nobel de literatura, “Desgracia”, todo un clásico dentro del medio literario, una novela excelente pero así mismo, durísima. Durante toda la novela uno siente la frustración del personaje principal.

Esta se podría dividir en dos momentos, el primero cuando el protagonista, un profesor de universidad, termina involucrado con una estudiante. El segundo, cuando el profesor se va a vivir con su hija a un rancho lejos de la ciudad donde algo sucede (no pienso dañarles la historia, algo terrible). Y es en ese momento donde uno más siente la frustración, el dolor de lo sucedido, la impotencia que nos es transmitida de forma magistral, donde uno empieza a sentir rabia de la situación, de lo injusto que es, pero al mismo tiempo, ahora que escribo esto, me pongo a pensar que esa misma frustración debieron sentir las personas negras en Sudáfrica.

Me explico porque si no nadie va a entender. En la historia, que sucede en Sudáfrica poco tiempo después de que se acabe la represión y el apartheid, tenemos la historia de dos personas blancas que sufren algo relacionado con un grupo de personas negras, insisto, no digo qué, pero algo pasa y se ve enfrentados a sus victimarios. Como dije, se siente la impotencia ante lo sucedido por algunas cosas que suceden, si aclaro algo, terminaría dañando la novela, debo ser lo más vago posible. El caso es que eso mismo debieron haber sentido millones de personas negras y en la novela, esto se da la vuelta, son ahora los blancos los que deben sentir eso mismo que sintieron sus víctimas, así ellos no hayan sido parte del sistema, pero al estar en esa situación, todos terminan siendo culpables porque hicieron ojos sordos a lo sucedido, ni vieron mi escucharon nada. Esas personas negras se enfrentaron al racismo, a eventos dramáticos, pero tuvieron que quedarse sin recibir justicia, no pudieron vengar a sus muertos, porque el sistema no lo permitía, de hecho lo alentaba. Y ahora, al ver que una desgracia le sucede al protagonista, es interesante ver que termina estando en el lugar contrario del que estuvieron esos de los que quiere vengarse por lo sucedido. Una de las cosas que más me impactó, desde el punto de vista literario, es que Coetzee en ningún momento menciona que los victimarios son negros, de hecho, nunca menciona el color de piel de nadie, pero por el contexto, por lo que sucede, se sobreentiende perfectamente que eso es así, hay detalles que nos indican que lo son, y eso es muy importante en la novela, sin eso, no se entendería toda la situación a cabalidad.

Como digo, es una novela estupenda, pero muy triste, desgracia se le podría quedar corto, pero es un título adecuado. Recomiendo mucho leerla, aunque deben saber que saldrán sintiéndose rabiosos, frustrados, pero si acaso, les hará sentir lo que millones han sentido así sea de lejos, protegidos en su hogar, dulce hogar. Uno no debe huir de este tipo de historias, de pronto nos ayudan a ser más empáticos, más conscientes de lo que pasa en el mundo donde, por lo menos yo, me siento protegido, pero no así tanta gente que ni siquiera cuenta con las herramientas mínimas de justicia si algo les pasa. Aunque igual, en Colombia uno se siente así, o de hecho, en cualquier parte del mundo, a uno le podría pasar esto en cualquier sitio y terminar sin poder recibir consuelo del manto de la justicia.

Debo terminar diciendo que gracias a pensar en este pequeño artículo, se me ocurrió una nueva novela que podría ser muy interesante, acerca de un hombre que se enfrenta a un victimario que hubo en su vida. No digo más, tendrán que esperar unos años para esta historia porque en este momento, trabajo en Historias Omitidas, la historia de Emma.